Esta receta sencilla y rústica es, en si misma, un rico almuerzo, bastante completo. Se inspira en la tradicional Spanacopita, plato griego con espinacas. Rompe la rutina incluyendo platos gourmet como este, en el menú habitual de tu casa.
Empieza cortando los quesos en cubitos chicos.
Precalienta el horno a temperatura media. Extiende la masa sobre papel mantequilla, para evitar que se pegue a la bandeja que irá al horno.
Calienta muy brevemente las espinacas, sin tallos, lavadas, salpimentadas a tu gusto, en una olla tapada, con mantequilla y ajo finamente picado. En pocos minutos se volverán de un color verde más intenso, y se habrán perfumado de la mezcla de ajo y mantequilla.
Retíralas de la olla, sin líquido.
Mezcla con un tenedor el queso crema con queso de Cabra (la mitad del queso de Cabra y todo el queso crema). Extiéndelo sobre la masa, y sobre esta capa, pon las espinacas. Termina con más queso de Cabra. Hornea hasta que la masa esté crujiente y el queso blando y dorado.

Para que las verduras aporten sabor y textura, nunca las sobrecocines. Deben estar al dente, con un color intenso. Cuando sabes que se van a volver a calentar u hornear, prevé dejarlas con menos cocción y más textura.