La combinación de queso Azul, peras y nueces es de larga tradición en Francia, donde los Azules datan de hace más de mil años. El aporte de las hojas frescas, la dulzura de la betarraga y la acidez ligeramente mentolada de los arándanos rojos secos, hacen el resto.
Lava y hierve con su piel las betarragas. Pela y corta en tajadas finas.
Lava las hojas verdes, sumérgelas en agua con hielo para que estén muy crocantes.
Lava y corta las peras en tajadas finas. Rocía de limón para que no se oscurezcan.
Desmenuza el queso Azul.
Tuesta en sartén sin aceite las nueces, revolviendo constantemente.
Dispón las hojas verdes y sobre ellas las peras y las betarragas en láminas. Aliña. Añade el queso Azul desmenuzado. Agrega los arándanos rojos secos y las nueces tostadas. Sirve de inmediato. Una experiencia gourmet.

Para que la betarraga no pierda sabor, cocínala si pelarla (lava muy bien antes). Puedes pelarla con facilidad cuando esté cocida. Otra clave está en no sobre-cocinarla. Debe quedar firme, casi al dente. Aliña en caliente para lograr más sabor.